lunes, 1 de septiembre de 2008

LA MARCHA


Al fin se dió la tan ansiada marcha y cientos de miles de personas desfilaron desde El Ángel de la Independencia al Zócalo. La inmensa mayoría vestidos de blanco y mezclados ricos y pobres. Todos por igual son víctimas de la delincuencia y entre el gran revoltijo se podían ver artistas y famosos del espectáculo, los que nunca estarán del lado de la delincuencia porque tienen sus vidas aseguradas, muchos con sueldos mensuales de más de cien mil pesos, por el contrario, están por lo mismo en el ojo de ésta. Apareció el nuevo famoso y gran luchador contra la violencia desde que ésta le dió de lleno en la persona de un hijo. También andaba el gran amigo de la delincuencia diciendo que había que acabar con ésta, curioso, mientras que Álvarez Icaza de Derchos Humanos y defensor de criminales andaba tan tranquilo con sus incoherencias, a un jefe policiaco lo hacía abandonar la marcha. Creo que el señor Álvarez hubiese hecho mejor en estar pendiente de que no vayan a tratar mal a sus amigos los cortacabezas que fueron detenidos el día anterior en Cancún. Son humanos que se merecen ser tratados como tales. Y entre tanta babosada desfilaba una pobre señora que al pasar frente a uno de los policías que vijilaba el buen trascurso de ésta en Reforma y a unos metros de Bucareli, comenzó a gritar con voz forzada: ¡Cumplan con su trabajo, cumplan con su trabajo!

También iba, como no y ya que hemos mencionado al gran amigo de la delincuencia, otra famosa que fue metida en las filas de la delincuencia hace unos años por un gran investigador y procurador honrado a carta cabal, Samuel Del Villar ya fallecido. Paola Duarte fue acusada de ser cómplice en el asesinato de Estanley, contra las pruebas contundente que presentaba la procuraduria se sublebava Televisión Azteca, quien tras mucho pedir la detención de los asesinos de su presentador, ahora no podía admitir que sus trabajodores estuviesen inminiscuidos en el asesinato e hicieron todo lo posible para que salieran libres. Consiguieron su objetivo y por supuesto, los asesinos de Estanley nunca han sido ni serán ya detenidos, eso sí, es posible que algún cómplice participe ahora entre las filas de los que piden el fin de la delincuencia.

Entrevistas a famosos, también a gente común que protestan contra este flaguelo que ya es inaguantable. Se cualpa a los políticos, se culpa a la policía y se deja de culpar a uno de los más culpables sino los que más, a los jueces, los que permiten que los delincuentes sean puestos en libertad con penas insípidas que los vuelve a llevar a delinquir y que mejor prueba que uno de estos señores amigos de Álvarez Icaza y de profesión cortacabezas humanas, había entrado y salido veinte veces de la cárcel, ahora sólo necesita un buen puñado de dinero para que en un añito pueda estar de nuevo en la calle.

Y el Zócalo se iluminó con las veladoras. ¡Misión cumplida! La procesión había terminado ¿Y ahora? La realidad nos muestra la poca efectividad de la marcha, un día después han sido once los muertos en México, los asesinos no han hecho el más mínimo caso al clamor popular ¿Lo habrán hecho los políticos, policías y...los jueces?

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