miércoles, 3 de septiembre de 2008

COLABORACIÓN CIUDADANA

Todo el mundo ya conoce la noticia, el día de ayer 2 de septiembre fueron detenidos 20 secuestradores en el Estado de México. En dicha operación efectuada por fuerzas federales fueron liberadas dos personas, la madre de 49 años y el hijo de treinta, ambos habían sido secuestrados mientras se encontraban en su domicilio por un grupo de hombres que se identificaron como policías. El resultado de la operación además de los veinte detenidos fue el de cuatro miserables muertos, la incautación de numerosas armas y el desmantelamiento de otras casas de seguridad.
De todo un éxito podría haberse catalogado esta operación, sin embargo fue enturbiada por la muerte de un policía que cayó por combatir al crimen en su afán de librar a la sociedad de esta lacra. Si bien ganado está el desprecio que la ciudadanía muestra hacía la policía, hay que comenzar a distinguir entre los indeseables y los que están dispuestos a dar la vida por volver a traer la paz a México y entre estos se hallaba el suboficial Pedro Solana Cobaxín, a quien no nos queda más que darle como último adiós nuestro profundo agradecimiento por su enorme entrega y sacrificio en bien de la paz ciudadana. Vaya desde aquí nuestro más sentido pésame para la familia del ejemplar policía.
¿De quién ha sido este éxito? pregunta muy importante para comprender como se combate a la delincuencia y cómo se la puede vencer.
Evidentemente no han sido ni Calderón, ni Ebrad, ni demás autoridades los que ahora "sí" se pusieron a trabajar y descubrieron las guaridas de estos criminales. Ni antes eran tan culpables de lo que no se descubrieran criminales, ni ahora son los grandes trabajadores que han llevado a dar este golpe. Ni tan siquiera la policía lo hubiese podido conseguir. Es verdadero artífice de este éxito ha sido por encima de todos un ciudadano común. Esta fue la persona que llena de valor, honradez y por encima de todo sentido común, hizo una llamada anónima a la policía. La policía puesta en aviso y cumpliendo con su deber, mandó a investigar el lugar en donde le indicaba la llamada, pronto comprobaron que la mencionada llamada no carecía de sentido y que algo gordo se guardaba en el lugar, por lo que partió el operativo que llevó a sacar de circulación a estos 24 miserables, o más bien a cuatro seguros, ya que los otros veinte dependerán ahora de los jueces y si estos son cómplices de los delincuentes, pronto volverán a la calle.
Aquí queremos mostrar todo nuestro agradecimiento a esta persona que hizo posible el operativo, es un anónimo y así seguirá como debe de ser, sin embargo puede tener la seguridad de que la sociedad le está agradecida y es lamentable que de un héroe de estos los medios de comunicación ni se acuerden, es mejor convertir en héroe a un millonario que jamás había hecho nada, ni lo sigue haciendo salvo culpara a diestra y siniestra al primero que le viene a la mente, que a un honrado y desconocido ciudadano que con su conciencia ha conseguido sacar de circulación a una banda de peligrosos delincuentes, lo que jamás conseguirá el tal millonario ni los promovedores de marchas.
Es la gran responsabilidad que tenemos los ciudadanos. Esta guerra es de todos contra el crimen y es obligación de todos denunciar en cuanto veamos algo sospechoso, para que entonces las autoridades puedan entrar en acción y encargarse de la parte dura, pues adivinos nadie es y difícil será que cumplan con su trabajo si no saben en donde se hallan los delincuentes.

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