viernes, 5 de septiembre de 2008

EL ACTA

Nos manda un lector de Todos Contra El Crimen la siguiente nota que por desgracia se nos hace demasiado conocida.
Hace unos días y cuando llegaba al trabajo después de pasar por el banco para sacar el dinero de la raya de los trabajadores, al momento de estacionar mi carro y cuando apenas habría la puerta para bajarme, un individuo me apareció por detrás y con una pistola apuntándome me pidió el dinero. Los nervios repentinos me dejaron paralizado, no era mucho el dinero que traía, docemil pesos, no obstante por mi mente pasaba la idea de hacer algo para no entregar a este miserable lo que era para los trabajadores. de repente, al parecer también nervioso el delincuente, me dió un cachazo que me abrió la ceja izquierda, comenzándome a salir sangre, por lo que le tuve que entregar el dinero.
Tras pasar por el seguro, en donde me dieron diez puntos, asistí a la delegación de Tlanepantla, llegando poco más de las tres de la tarde y en donde había unas seis personas que al igual que yo estaban para levantar un acta por diversos delitos.
Como a las dos horas me pasaron con el médico de la delegación para examinarme y levantar el parte de la herida.
Seguía pasando el tiempo, las horas y no me levantaban el acta. Cada persona que pasaba se tardaba una eternidad en salir. De repente había una persona levantando actas, como de repente no había nadie, es decir, los tres que en algún momento llegaban a estar levantando actas se salían de sus lugares y se iban quien sabe a donde y así, con la desesperación y ganas que ya tenía de irme a casa con las molestias en el ojo, terminé saliendo hacía las diez y media de la noche, habían pasado casi siete horas. Siete horas para levantar una demanda y en donde no había más de seis personas delante de mí.
¿Creen que uno puede tener ganas de ir a levantar una demanda cuando le sucede algo similar?
Creo que no. De no haber sido por que era un asunto del trabajo me hubiese retirado sin presentar la denuncia que por otra parte no sirve para nada, pues los delincuentes, eran dos en una moto, siguen libres. Parece ser que son conocidos por el rumbo de El Rosario, pero las autoridades nada hacen por sacarlos de circulación y sin duda que han de seguir con su carrera delictiva, mientras que las víctimas tenemos que padecer además del asalto la desidia de las llamadas autoridades.
En verdad que es lamentable que esto pueda suceder y todos sabemos que así es, que incluso en muchas ocasiones el denunciante es tratado como delincuente, cuando no hasta dinero le piden para hacer una supuesta investigación. Es por aquí por donde deben comenzar las máximas autoridades a poner orden.

No hay comentarios: