viernes, 10 de abril de 2009

ASESINO SUELTO


Ya se ha cumplido un mes del artero asesinato del trabajador Daniel Barrera Arellano, quien no llegaba ni a los treinta años de edad.
Topògrafo de profesiòn, Daniel se encontraba trabajando en el reencarpetamiento del Circuito Interior en la Ciudad de Mèxico y a la altura de La Raza.
Las molestias que en realidad generan esatas hobras son a veces insoportables, sin embargo quien menos culpa tienen son los trabajadores.
El pasado 4 de emarzo poco antes de las dos de la tarde, se encontraban los trabajadores laborando como lo hacìan a diario. Oscar Ulises abanderaba la obra, cuando una camioneta Voyager azul y con vidrios poralizados, placas 551VKL, tratò de pasarse por donde estaba prohibido. Molestos por la llamada de atenciòn de Ulises, los cuatro sujetos que iban en la camioneta se bajaron para comenzar a golpear al trabajador con un bat y a patadas, por lo que intervinieron sus compañeros. Tras el incidente los prepotentes sujetos se retiraron para regresar al rato y protegidos por una pistola dispararon contra los trabajadores resultando muerto Daniel Barrera y dos heridos.
Identificad el miserable sujeto que hizo uso del arma. se trata de Pedro Robles Altamirano de 40 años de edad y con antecedentes penales por robo calificado, quien habìa pasado cuatro años en prisiòn. Tambièn fue identificado otro còmplice quien igualmente cuenta con antecedentes penales.
Marcelo Ebrad prometiò que en horas o en dìas serìan detenidos los responsables de este homicidio que es por demàs indignante.
De momento ha pasado ya un mes y estos indeseables siguen pròfugos, siendo indispensable que se efectue la detenciòn para que regresen a donde deben estar y de por vida, asesinos de estos no pueden andar libre por las calles arriesgando a que mañana maten a otro trabajador.
Daniel (en la foto) deja esposa y dos pequeñas hijas gemelas.


domingo, 5 de abril de 2009

DEFENDIENDO AL DELINCUENTE

Un hecho por demàs lamentable se suscitò el dìa de ayer.
Sucediò en la Venida Morelos de Ecatepec Estado de Mèxico. Poco màs adelante de la Jumes, Xalostoc, junto a unas vias del tren, se encuentran diversas viviendas construidas de madera y cartòn. Hasta ahì llegaron algunas patrullas de la policìa persiguiendo a un delincuente, quien acababa de cometer un asalto a un microbùs.
Las personas, no menos delincuentes, que viven en esas viviendas y en precarias condiciones, salieron en defensa del indeseable sujeto, quien es de suponerse habitante de ese lugar.
Agredieron a los policìas con piedras y palos y destrozaron una patrulla, haciendo imposible la detenciòn del referido maleante.
Los policìas se retiraron del lugar, mientras que la turba salvaje, no conforme con la agresiòn contra los policìas y el librar al delincuente de ir a parar a donde debe estar, la càrcel, tomaron la Vìa Morelos generando un caos entre los numerosos vehìculos que circulaban por el lugar, esto como protesta por la intervenciòn policial.
Un automovilista cansado de la situaciòn, sacò una pistola haciendo un par de disparos, hiriendo a uno de los violentos en el brazo y a una joven en un gluteo. Por fortuna este jòven, en cierta forma justo vengador, consiguiò escapar en su automòvil.
Es en verdad incomprensible que hechos de estos se puedan dar. Que ante la violencia que vivimos y que nos aqueja a todos los ciudadanos sin excepciòn, haya gente que se ponga a defender a un delincuente, que hoy tal vez tan sòlo robe a un pobre trabajador que apenas lleva el salario para dar de comer a su familia, pero que mañana puede asesinar de igual manera a un trabajador, es por demàs de gente demente que al igual que el delincuente deberìan estar separados de la civilizaciòn.
De igual manera es incompresible que la policìa no sea capaz de detener a un miserable de estos, y esta incompresiòn no es tanto por la propia policìa sino por lo absurdo de esta sociedad, que si ve a los policìas actuar con dureza, para salvaguardar hasta su propia integridad fìsica, los acusan de mètodos violentos y hasata a la càrcel van a parar.
Por no actuar como debe ser ante un caso de extrema emergencia, un delincuente en potencia sigue libre. Tal vez ya se haya subido de nueva cuenta a otro microbùs para quitar sus pertenencias bien ganadas a una pobre gente, sabiendo que en las vias del tren tiene el apoyo de gentuza descerebrada como èl que lo van a defender y contra los que la autoridad nada pueden hacer porque no pueden disparar contra una turba de locos y salvajes.
¿Hasta cuàndo seguiremos los ciudadanos en manos de estos delincuentes y salvajes respetando sus derechos humanos mientras que ellos no respetan los nuestros?
Lo positivo de este caso fue el joven que se tomò justicia por su propia mano ante la forzosa inoperancia de las llamadas fuerzas del orden. Mientras que por parte de los salvajes no hubo ni un sòlo detenido a pesar de los daños causados y de conocerse el paradero de ellos. En las casas de madera y cartòn junto a las vìas del tren.