sábado, 14 de marzo de 2009

ASESINO DEL VOLANTE


Jose Luis Romo Trujano de 22 años de edad y estudiante de derecho, es el jovèn criminal que en forma por demàs artera asesino sin el màs mìnimo de compasiòn al policìa Fernando Corona Mercado de 43 años de edad.
Los hechos sucedieron en Avenida Insrgentes y La Paz cuando un control de alcoholimia marcò el alto al ahora asesino para efectuarle la prueba del alcohol en la sangre.
El joven criminal lejos de detener su carro acelerò para llevarse en el cofre al policìa que estaba frente a èl.
Desesperado el agente se agarraba al cofre mientras que el asesino sin entrañas y sin importarle lo màs mìnimo la vida de una persona que tan sòlo se hallaba trabajando y cumpliendo con su deber, aceleraba cada vez màs.
Fue casi kilometro y medio lo que llevò sobre el cofre de su coche el jòven alcoholizado al servidor de la ley, hasta que en la misma Avenida de los Insurgentes Sur con Francia se estampò contra una estatua del anterior jefe de la Iglesia ocasionando la muerte del policìa.
El criminal fue detenido y cuando pudo mencionar algunas palabras a los medios de comunicaciòn dijo que nada de lo que hizo fue a proposito y que jamàs atentarìa contra la vida de una persona.
Flaca justificaciòn para una persona preparada y que màs de un kilòmetro llevò sobre su cofre a una persona que desesperadamente se agarraba a la vida.
Està por demàs claro que este criminal actuò en forma por demàs artera y no tuvo la màs mìnima compasiòn para el policìa.
Las primeras informaciones son las de que podìa pasar ocho años en prisiòn, esto se hace una gran burla para la familia del policìa y para la sociedad en general, uno no sabe si por el brutal crìmen son los ocho años o son por tirar la estatua del gerarca catòlico y por el crimen todavìa le vayan a dar un premio.
Èste es un crimen con todas las agravantes y no deberìa salir de prisiòn en cuando menos veinte años.
Como siempre, el castigo serà dependiendo del dinero que tenga el criminal para pagar a un juez, que dependiendo la cantidad que reciba para aumentar su cuenta bancaria serà la pena que imponga a este criminal.
Ni modo, asì es la "justicia".

viernes, 6 de marzo de 2009

LA HEROÌNA FLORENCE


Florence Cassez se ha convertido segùn informes que publica El Universal en toda una heroìna en su paìs, Francia, en donde polìticos estàn exigiendo su libertad. Y es que esta pobre e inocente mujer lleva injustamente màs de tres años en prisiòn, primero estuvo en Santa Màrta y en la actualidad se encuentra en Tepepan, prisines femeniles èstas del Distrito Federal, siendo la segunda de gran lujo para una interna en comparaciòn con cualquier otra.
Ahora va a ser el propio presidente francès en su visita a Mèxico quien va a intervenir ante Calderòn para que se haga justicia a esta mujer y sea puesta en libertad. Segùn la familia fueron los propios medios de comunicaciòn los que hicieron que la blanca palomita fuese acusada y condenada a 96 años de càrcel por delitos que no cometiò, mientras que Florence clama justicia pues es inocente de los delitos de secuestro que la acusan y se queja de estar viviendo un calvario.
Hasta diputados de la Asamblea Nacional han pedido informaciòn al gobierno de Sarkozy sobre lo que ocurre en Mèxico. Los franceses ahora ven a esta compatriota como a una mujer que fue condenada injustamente.
Ahora veamos la realidad. En diciembre del 2005 la policìa mexicana llega a un rancho en donde son rescatadas tres personas que se hallan secuestradas: Una mujer, un niño de 11 años y un jòven al que estàn apunto de amputarle un dedo. En el lugar es detenida Florence Cassez, quien era la encargada de anestesiar al joven para la amputaciòn. Tambièn es detenido el novio de ella y al parecer jefge de la banda Los Zodiacos, Israel Vallarta. Se encuentra tambièn en el rancho màs de cien cartuchos ùtiles de distintos calibres, rifles y otras pertenencias obtenidas para delinquir.
Al capturar a la francesa ademàs se confiscò una lista con 20 posibles vìctimas, entre los que se encontraban clientes del lugar en donde habìa trabajado ella. Un hotel de gran lujo.
Quien no tiene duda de que ella es la culpable, es la mujer liberada, quien asegura una y otra vez y ante medios de comunicaciòn que no se puede quitar de la cabeza la voz de Florence, quien por dìas interminables la amenazaba con gritos e insultos y la maltrataba. Esta mujer sufriò ademàs abusos sexuales por parte de la pareja de Florence. Hoy en dìa tiene que vivir en un autoexilio impuesto por el temor a que el resto de la banda, que todavìa no son capturados, tome represalias contra ella y su hijo, quien era el pequeño secuestrado. La mujer pide justicia y asegura que Florence quiere pasar de culpable a vìctima.
Se dice que la policìa cometiò un error al presentarla ante los medios en el lugar en que fue detenida dìas despuès, en lo que fue una reconstrucciòn de hechos. Desconozco si esto sea legal o no, lo que està claro es que un criminal porque lo presenten despuès de ser detenido no tiene derecho a la libertad como dicen los franceses.
Hoy, en una llamada telèfonica al periodico Reforma, la mujer que pareciò el calvario del secuestro a manos de Florence y su pareja pide al presidente Calderòn que no ceda y entregue a la francesa, que pague lo que hizo y es que su pequeño hijo, todavìa un niño de trece años, no puede olvidar los momentos de angustia que viviò durante màs de cincuenta dìas de cautiverio al igual que su madre.
Si para los franceses un secuestro no es nada y el secuestrador merece ser puesto en libertad y hasta convertirlo en hèroe, en Mèxico estamos artos de esta delincuencia y la sociedad lo que pide es cadena perpetua para secuestradores, por lo que Florence, en una càrcel de lujo y con una sentencia reducida a 60 años, ya se puede dar por bien servida.
Los mexicanos, incluido Calderòn, debemos estar con la mexicana que fue la que viviò el calvario y exigir a nuestro gobierno que no ceda a chantajes de ningùn tipò y haga que la francesa pague el delito que cometiò en Mèxico, entregarla a Francia y visto el panorama, es casi seguro ponerla en libertad para que se ria de nuestras leyes y de nuestro pueblo.